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La última fiesta del año con el grupo de parejas liberales fue la mejor de todas. Como era de esperar, acabamos follándonos a todas las zorras y le rompimos el culo hasta a las que no se habían dejado encular antes. Esa fiesta cambió nuestras vidas para siempre ya que ahora nos atrevemos a hacer muchas más guarradas.
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La fiesta de disfraces estaba muy entretenida hasta que una de las tías confesó que le gustaba que le mearan en la boca y un chaval sacó su polla para mearla. A partir de allí todo se descontroló, las tías se pusieron a chuparnos las pollas y acabamos montando una orgía en el salón y follando todos con todas.
En este video porno de sexo anal interracial podemos ver a la morena Kristina Rose comiéndose una de las pollas más grandes que se comió en su vida, además de que, aunque no estaba previamente pactado, el negro se obsesionó con su hermoso ojete y antes de correrse dentro de su boca se lo petó en todas las posturas.
La fiesta que montamos en el jardín de la casa de campo de mi primo acabó convirtiéndose en una increíble orgía cuando las zorras que habíamos invitado se emborracharon, se pusieron como cubas, comenzaron a exhibirse, se pusieron a chuparnos las pollas y acabamos follándolas entre todos.
Durante mi fiesta de cumpleaños, uno de mis amigos se puso a repartir pastillas y entre el alcohol y las drogas, acabamos poniéndonos tan cachondos que comenzamos a besarnos y terminamos montando una orgía increíble en la que nos animamos a tener sexo tanto con los tíos como entre las tías.
Tener amigas bien cachondas y putonas es una verdadera bendición, ya que la mayoría de las fiestas que montamos acaban convirtiéndose en una orgías impresionantes en las que las muy zorras se dejan follar por cualquiera mientras los demás disfrutan mirándonos.
La fiesta de disfraces que montamos en casa de mi amigo fué un fracaso en cuanto a la concurrencia ya que solo eramos tres chavales y tres mujeres, pero por suerte resultaron ser un par de zorras muy cachondas que, cuando comenzaron a aburrirse, decidieron montar una orgía en la que acabamos follándolas por turnos hasta el amanecer.
Después de una intensa noche de sexo en una fiesta para parejas liberales en un hotel swinger, los que llegamos tarde nos quedamos con ganas de seguir la juerga, así que empezamos a subir las escaleras hasta llegar a la terraza, en donde nos pusimos a follar entre todos sin que nadie supiera que estábamos allí.
Cuando el monitor entró en el gimnasio y descubrió que lo habían llenado de globos para festejar el cumpleaños de uno de los tíos, les ordeno que se fueran a sus casas pero, como tenían planeada una gran orgía, lo ataron en un rincón y se pusieron a follar mientras el tío miraba atado y amordazado quedándose con las ganas de participar por cabrón.
Habíamos hecho un desafío con nuestras compañeras en la última fiesta del año, y todos habíamos prometido desnudarnos aunque no creíamos que ellas lo fueran a cumplir. Sin embargo, fueron ellas mismas las que tomaron la iniciativa y se pusieron en bolas antes que nosotros. La fiesta estuvo de cojones, todos bailando desnudos y bebiendo alcohol durante varias horas, hasta que en la mitad de la noche, cada uno escogió a su pareja y todos acabamos follando.
Nunca he vuelto a estar en una fiesta como aquella inolvidable noche de brujas en la que acabamos montando una increíble y multitudinaria orgía con todas nuestras compañeras de la universidad. Aquella noche me chuparon la polla no menos de siete tías, me follé a otras tres y pude ver como varias de ellas, que nunca se habían tocado con otra tía, se iniciaron en el lesbianismo frente a todos nosotros.
Bastó conque nuestros amigos nos confesaran que eran una pareja liberal y nos enseñaran la nueva barra que habían puesto en el salón de su casa para que las tias se pusieran a bailar cachondas, después nos chuparan las pollas y todos termináramos follando con nuestras parejas frente a los demás.
Los chavales se atrevieron a enseñarnos las pollas en medio de la fiesta y nosotras hicimos unos grandes cárteles para ponerles un puntaje convirtiendo la fiesta en un gran concurso de pollas que, como no podía ser de otra manera, acabó en una gran orgía en la que nadie se quedó sin follar.
